Todo empieza con una chispa, una idea, una locura, un garabato en una servilleta. Le damos forma, sentido y plan para que no se quede en el aire, haciendo un brainstorming real, sin tanta parafernalia.

Convertimos esas ideas en experiencias que se sienten: pantallas que fluyen, detalles que cuentan historias. No tenemos duendecillos mágicos, así que nos ponemos manos a la obra para que todo cobre vida de verdad.

Aquí entran la tecnología y nuestra obsesión por que funcione bien. Código limpio, tecnologías frescas... y algún bug escondido para no aburrirnos. Queremos que todo salga tan bien como se ve.

Nada termina al publicar. Mejoramos, añadimos, rompemos y rearmamos. Somos perfeccionistas de nacimiento, y seguimos aprendiendo para que cada versión sea un poco más sorprendente que la anterior.